domingo, junio 20, 2010

Juliana Duran Muñoz                                                                            Mayo 25 de 2010 

El Video- Performance en América Latina
A pesar de que el cuerpo es la herramienta principal
del performance, el artista a veces emplea otros soportes
para extender y multiplicar el imaginario
que puede crear con su cuerpo. [...]
- Pancho López-
-Video-performance-
El punto de escoger este tema específico es el interés que despierta en mí el hecho que a pesar de ser una obra de arte relativamente parecida a las demás se incluyen elementos tan fascinantes como el tiempo, el espacio y el cuerpo, con los que el artista genera sensaciones en el publico cuyo significado depende del contexto y del individuo. La compleja información que trasmiten compromete la creación de imágenes, aunque no exclusivamente visuales. Es entonces donde entra a jugar un papel importante el video, por medio del sonido y la capacidad de reproducción de imágenes ya sea estáticas o en movimiento que terminan no solo por brindarle al espectador una representación sino también una experiencia única.
Relacionado con las artes plásticas, esta expresión responde a cuatro elementos básicos en su composición: Un espacio determinado, un tiempo concreto, acciones relacionadas con un cuerpo y la interacción directa o indirecta con el público. Ahora bien, en cuanto a las corrientes que influenciaron este movimiento podemos citar varios movimientos vanguardistas; El constructivismo, el Futurismo, el Dadaísmo y el Surrealismo, relacionado con lo poco convencional de sus exhibiciones, cuyos resultados como el body art, fluxus eyents y happenings son claras influencias en la producción del performance y por consiguiente del video-performance. Por otro lado, es evidente el parentesco que presenta con el Teatro (partiendo de la base de presentación y no de representación), la acción Poética y la Poesía Visual, justificada en el alcance cultural del Arte y la Literatura.
Ahora bien, es claro que el video performance, pretende encontrar el desarrollo de nuevos medios de realización de obras de arte a partir de un recurso técnico, pues de cierto modo soluciona una de las dificultades que se afronta al prescindir de modelos y materiales como formas de expresión a menudo limitadas. La tecnología permite al artista ampliar su campo de oportunidades, claro estas, mientras se tenga presente los límites de programación espacio-temporales. Aunque se ha llegado a pensar que la era de la reproducción digital ha desdibujado la línea del performance y el video performance, es válido plantear que los medios digitales han logrado que la realización del arte se desarrolle en paralelo a los conocimientos técnicos y la experimentación de diversas técnicas, en beneficio de ambos campos.
En efecto, este proceso que parte de construcciones conceptuales ha dado un nuevo enfoque a la reasignación de significados de los objetos utilizados en las metodologías personales de los artistas. Es así, como desde el inicio de este movimiento se hace presente el uso exclusivo del organismo como objeto, llevando más allá los límites espaciales, emocionales y físicos tanto del espectador como del performista.

-Aspectos Técnicos-
En cuanto a aspectos técnicos vale la pena resaltar el aporte que realiza el video performance de acuerdo a la relaciones con la cámara y por ende con el espectador. Partiendo de la relación entre lo que se pretende capturar  y la cámara ligado con el movimiento de los cuerpos, se establece que existe un contacto que aun así es independiente el uno del otro. Al ser cuerpos autónomos manejan ritmos distintos entre sí que terminan en un dialogo que establece una conexión con el publico por medio de procesos de  identificación que finalmente anulan la separación entre los mismos y el relato. A menudo se observa como las acciones llevadas a cabo en obras como estas dejan de lado la barrera espacio temporal que los separa del momento en  que ocurre la acción para convertirse en una herramienta, dando un vuelco a la rama artística del performance  y a su vez expandiendo su campo de acción así  como las posibilidades en cuanto al desarrollo de las ideas. Para lograr analizar los video-performance se debe contar con una capacidad de detalle y entendimiento que solo otorga un estado de mente sin barreras o prejuicios sobre lo que se apreciara. El no poder ubicar a este movimiento en un punto exacto dentro del Arte Contemporáneo solo puede significar algo, y es que el dictamen es netamente subjetivo lo que no es fácil de encontrar en el campo artístico.  
-Video Performance en América Latina-
Históricamente, el video performance tiene sus raíces en el performance, y este en el arte conceptual. Funcionan como episodios trascendentales, que cumplen con transmitir algún tipo de información a través de acciones reiteradas en comportamientos anticipados que pueden calificarse como eventos. Este término se emplea a mediados de los años sesenta y se populariza en los setentas, refiriéndose a una muestra escénica o de arte en vivo con un importante factor de la estética, y más adelante el segundo termino se aplica con relación al primero, pero esta vez se le agrega el video como soporte técnico, de registro o como parte de la intencionalidad de la obra. La implementación del video acaba con lo efímero del producto, pues actúa como sostén en la no desaparición del mismo a través de la documentación, la reproducción, la transmisión y la preservación de la creación.


Hablando de este movimiento en el contexto Latinoamericano, hay que aceptar que han sido practicas que por el hecho de ser relativamente nuevas (digo relativamente pues sus raíces son casi tan antiguas como el teatro mismo) y sujetarse a herramientas diferentes, además novedosas escapando de esquemas tradicionales se han enfrentado al rechazo y a la desvalorización por parte tanto de un contexto social como de instituciones artísticas, ambos, poco propensos a propuestas potencialmente inquietantes.
De hecho, no es extraño encontrarse con la primicia de la escases de información acerca de la historia del video-performance latinoamericano, y aun más con el argumento de que aun no se ha escrito. Teniendo en cuenta que la información disponible que en muchos casos ha sido elaborada y divulgado por los mismos artistas, no es de extrañarse que dichos documentos se encuentren dispersos, abriendo campo a la relegación del tema, sumándole la participación de críticos e historiadores que se niegan o evitan el asunto argumentando la promoción de los soportes de arte tradicional, se oponen a que la obra artística no se componga únicamente del objeto sino del sujeto. Es claro que la condición en que se encuentra este movimiento imposibilita una visión más amplia de la materia a analizar, no obstante tampoco puede ignorarse el cambio que se ve venir en cuanto a esta falla gracias a la movida Latinoamericana de ciclos y festivales dedicados únicamente al performance y por consecuente al video-performance  y por otro lado al interés que despierta en nuevos críticos interesados en uno de los sectores más polémicos del llamado Arte Contemporáneo.
Hoy en día, se han incrementado las posibilidades de relacionarse con eventos que se encarguen de promover esta ramificación del Arte. América Latina se está consolidando como uno de los mayores exponentes en este campo, y gracias a esto se han venido abriendo espacios con el fin de ampliar las posibilidades de conocer acerca del tema. Las convocatorias de Festivales como Eject (Ciudad de Mexico), Play V (Buenos aires), Festival Internacional de Performance “PerfoPuerto”, Festival Internacional de Performance PerfoChoroní, Concentrado Acción: Encuentro Latinoamericano de Performance, Festival de Performance de Cali, DEFORMES: Bienal de Performance Chile, Festival de Performance Dadao, X memoria, Ciclo de arte de acción 2006, NOMASDECINCO: Ciclo de Performance, entre muchísimos mas desaparece una a una las barreras de conocimiento. Es necesario tener en cuenta que estos espacios, a pesar de no estar dedicados exclusivamente al video performance como tal, contribuyen con el desarrollo del mismo, ya sea por ser festivales de performance o de video experimental.
Por otro lado, exponentes del genero se han venido encargando de propagar la popularidad de estos eventos, tal como Silvio de Gracia (de quien trato la primera parte de investigación), artista Argentino y director de la revista de arte correo y poesía visual “Hotel Dada”, escogido por ser uno de los mayores exponentes de este arte pues se encarga de la curaduría de más de uno de estos Festivales.
Artistas Latinoamericanos en general tienen la tendencia a presentar en sus trabajos una clara influencia de oposición y resistencia a la indiferencia y la violación en lo que respecta a los derechos humanos. Como en casi todos los casos, se plantea un compromiso de reflexión con las problemáticas relacionadas con la realidad social marcada por tendencias similares en el continente. La similitud de elementos que hacen parte de las culturas de cada país latinoamericano se asocia al pasado histórico claramente traumático, que se evidencia aun hoy en día es aspectos como la inestabilidad política  y las economías débiles, lo que termina relacionándose con la intención de los artistas en sus obras, claro, respondiendo al contexto especifico de cada país que permite darle nuevos significados.
Así mismo, se han creado organizaciones sin ánimo de lucro que se encargan de propagar información acerca del performance, como Perfopuerto, Performacelogia y Perfolink, que cumplen con la misión de archivar y realizar investigaciones teóricas en torno al arte del performance con énfasis en la actualidad de Latinoamérica, así como producir y promover el mismo a nivel mundial. Otra de sus objetivos es generar intercambios entre Latinoamérica y otras regiones del mundo, con la intención de apoyar a las generaciones de jóvenes artistas que emergen en el presente, generando una plataforma de búsqueda e investigación sobre este arte abierto al mundo del habla hispana.
Gracias a estos medios se da a conocer el trabajo de varios artistas como Leticia Santa Cruz, artista Argentina reconocida por sus videoperformances y por ser impulsadora de estrategias para promover este y otros campos. De igual forma se encuentra Violeta Ospina, artista colombiana con quien tuve la oportunidad de hablar acerca de su trabajo, sus motivaciones y sus proyectos actuales con el fin de ser un claro ejemplo en la movida artística nacional. Hoy en día se encuentran varios representantes de este género, que dan a conocer sus trabajos a partir de festivales, medios ligados al internet y sus propias acciones que suceden en las calles de nuestra ciudad. El trabajo de esta artista se ve influenciado cinematográficamente por Lumiére, Won Kar Wai, Terry Guilliam y Ridley Scott. En cuanto al video tiene en cuenta toda la colección en video del  Museo del Oro de Bony y J-as Ban Ader. Plantea conceptos muy interesantes como ideas en obras, psicodelia sin drogas, temporalidad estática, realismo relacionada con el peso, la masa y el color de la obra, la calle como laberinto, sentidos homeopáticos y por ultimo pero no menos importante, propone el absurdo y el sinsentido como antídoto contra la violencia. En este punto, confirmamos el lazo que comparten los performancistas Latinoamericanos, pues podría escucharse una sola voz que grita al unísono en contra de la violación de los derechos fundamentales. Violeta Ospina, además de contar con propuestas interesantes a nivel técnico y de desarrollo, cuenta también con conceptos que se sobreponen a cualquier aspecto y le otorga más que peso a la obra, le brinda sensatez.
Hoy en día podría decirse que la videoperformancia ha logrado abrirse camino en medio los tabúes relacionados con la definición de lo que es o no, acomodándose en una posición respetable donde se reconocen los avances y las herramientas que brinda en el medio  en que se desarrolla. Es un Arte que permite la experimentación y el error sin llevarlo más lejos, pero a su vez exige disciplina constante para no caer en el error del facilismo, pues el hecho de que se cuente con flexibilidad y permisividad no significa que los sinsentidos sean aceptables en este contexto. De ser así, como resultado se contemplara la creación de un arte vivo que no impone límites a quien lo crea, siempre y cuando esta ausencia de límites se use en beneficio del concepto la obra. En el contexto Latinoamericano se ven claras intenciones de progreso, y a pesar de que no se ha alcanzado aun la meta, se encuentra en el proceso de lograrlo. Con los avances ya mencionados anteriormente no cabe duda de que tarde o temprano llegara ese anhelado momento.

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