Por Gustavo Adolfo Marín
En Colombia existieron bandidos como Efraín González, o Pioquinto “El Patas” Pinzón que no tienen nada que envidiarle a los bandidos estadounidenses del siglo XIX. Pero a diferencia de los bandidos americanos, a los colombianos no se les ha hecho ninguna película que hable de su vida, así no sea totalmente verdad lo contado. Además por alguna razón estos bandidos fueron convertidos en los héroes de la épica estadounidense, mientras en Colombia nos seguimos lamentando por los muertos de hace 100 años.
Porque entonces no ha pasado lo mismo con nuestros bandidos, que sean convertidos en los héroes de un genero colombiano, que como el western cuente la épica del país. ¿Qué nos hace falta a nosotros que tiene la sociedad estadounidense, en la cual se dio un fenómeno como este?
Géneros Colombianos
El western es uno de los géneros cinematográficos más populares. Ambientado en el oeste norteamericano durante el siglo XIX, y con sus propios personajes como los sheriffs y los bandidos, entre otros, y también con sus propias temáticas, como la venganza, los robos a trenes, y los duelos de vaqueros, ha logrado convertir a los personajes más despiadados de la historia americana en los nuevos protagonistas de un género cinematográfico. Hombres que no precisamente son un modelo a seguir para las demás personas por diversas razones, que en el caso del western, podrían ser ladrones o asesinos entre otros, “antihéroes”. Personajes que se ganan la simpatía del público a pesar de ser criminales, al punto que sin importar que haya hecho una buena obra seguramente la hizo mediante acciones que contradicen su fin, pero al espectador no le importa, y además quiere que salga bien librado. Pero entonces, ¿Por qué estos personajes se han convertido en “héroes”?
Puede que el western este basado en historias reales, con sus personajes, pero esto no los hace mostrar los hechos tal cual sucedieron. En algunos films podemos ver como a hombres que fueron bandidos en su vida se les cambio su historia para hacer una película interesante.
“Me hubiera encantado hacer un film sobre Billy el niño ¿Sabe como era el hombre verdaderamente? En las fotos parecía un imbécil, lo cual probablemente lo era. Y si hubiera tenido la ocasión de hacer la primera película, habría hecho de el un imbécil, no como Robert Taylor. Pero el cine ha difundido la leyenda y como el público esta informado por las películas, sabe que Billy el niño fue un forajido guapo y ostentoso, y si alguien lo presentara ahora como realmente fue estaría probablemente tan en contra de las ideas del público que no podría tener éxito.1
Estas palabras resumen lo que intento decir. Billy the Kid era un personaje del viejo oeste que tenía fama de ladrón, además de ser responsable de varios asesinatos. A pesar de esto es uno de los grandes personajes de este género, al igual que Jesse James, que no es muy distinto al anterior. En algunas películas, el director convierte a Billy the Kid en un hombre apuesto, inteligente, y con buenas razones para sus actos, ya sean de robo o asesinato, y la manera en que cuenta la historia hace que los espectadores sientan apego por él, no el Billy the Kid real, el que probablemente fue un imbécil, sino ese nuevo, que no necesitaría mucho más para ser un súper héroe.
La sociedad colombiana no es muy distinta a la estadounidense. Igual, existen ladrones, bandidos, y asesinos. Pero entonces por qué no pasa lo mismo que en los westerns. ¿Sera que en algún futuro estos bandidos colombianos logren protagonizar un nuevo género, o esto es algo que solo pudo ocurrir en la cultura estadounidense?
A pesar de que el cine colombiano ha tenido varios obstáculos en el transcurso de su historia, tiene buenas películas. Pero gracias a Cine Colombia, los colombianos son los últimos en saber de su propio cine, ya que esta compañía únicamente se encarga de proyectar películas extranjeras, además de ser la responsable del cierre de los únicos laboratorios existentes en el país, al comprarles los derechos a los hermanos Di Doménico.
No todo el cine en Colombia es de guerrilla, secuestrados, asesinatos y demás cosas de las cuales los noticieros ya nos tienen inundados. Pero las personas no lo saben. Muchos expresan su descontento al cine colombiano con la frase: “Estoy cansado de las películas sobre la guerrilla”, ya que estas son las que más se comercializan. No sería otra cosa que una evolución de ese “género” que podríamos llamar pornomiseria, que no tiene otro objetivo, más que mostrar la pobreza y miseria de Latinoamérica a los estadounidenses y europeos.
En Colombia también se hacen películas de género. Por ejemplo “Cóndores no entierran todos los días”, una película que habla sobre León María Lozano, un personaje real de la historia colombiana, que fácilmente está al nivel de cualquier Tony Montana. Se podría encasillara a esta película en el género de los gánsteres. “La historia del baúl rosado”, película que nos cuenta la historia de un detective que intenta resolver el asesinato de una niña encontrada en un baúl, y “Soplo de vida”, que también nos cuenta la historia de un detective, pero que en esta ocasión, por resolver un simple caso de un boxeador se ve envuelto en uno más grande. Forman parte del género de los detectives, estando al lado de personajes como Sherlock Homes.
Muchos podrían decir que el cine colombiano copia los géneros cinematográficos estadounidenses, y los adapta a historias nacionales, pero esto es completamente absurdo, los géneros son universales. Ya que podemos ver películas como “El Rey” y “Cóndores no entierran todos los días” que fueron basadas en historias colombianas, y sin siquiera intentarlo podrían formar parte de estos géneros. Además un género como el Gótico Tropical con películas como “Carne de tu carne” solo pudo darse acá. Pero, por que no usar toda la historia que ya tenemos los colombianos para crear un género, que como el western, funcione como la épica de este país.
“…reparando en la historia actual de la violencia persisten pasados complejos, dolorosos y conflictivos y que reaparecen sin permitir el olvido. Es allí donde se debe ampliar la mirada”2
Ir mas allá de simplemente contar la historia, como en el caso de PVC-1, que puede que sea una excelente película, pero parece, a opinión de este autor, un dramatizado de un documental.
“… se hace importante examinar la imposibilidad de los largometrajes colombianos de configurarse como un corpus de reflexión política sobre los problemas inherentes a ese periodo de la historia colombiana. Puesto que una queja perenne sobre el cine colombiano tiene que ver con el carácter predominante del tema de la violencia en sus largometrajes.”3
Como ya lo había dicho antes, muchas personas se quejan del cine colombiano por que dicen estar cansados de la guerrilla, de los secuestrados, en conclusión de la violencia, pero entonces ¿por qué no están cansados de las películas sobre la segunda guerra mundial? Las cuales todas tienen temas muy parecidos, en donde no importe por donde se aborde, siempre va a existir la violencia. Lo que me hace darme cuenta, que no es que las personas estén cansadas de ese cine, están cansadas de la manera en la que estas historias son contadas. La manera en la que nos venden morbo disfrazado de realidad.
Pareciese que los directores colombianos y algunos extranjeros que vienen a hacer cine a Colombia, únicamente estuviesen interesados en contar las historias como pasaron. Puede que estas ya no necesiten de nada más para que se conviertan en películas que les resulten interesantes a las personas. Pero esto no es una escusa para únicamente contar la historia.
Colombia tiene el potencial para crear un género como el western, en donde quizá existan historias muy parecidas, como en el caso de “Tiempo de morir” que como ya lo he dicho, los géneros son universales, y si remplazamos los fondos donde vemos grandes montañas por extensos valles, no existiría mucha diferencia con algún western americano. O, ya que la época de la violencia se ha extendido hasta estos días, puedan los vaqueros en sus caballos ser remplazados por guerrilleros, narcotraficantes, o personajes de este estilo, que al mencionarlos hoy en día pueden escandalizar a algunos. Y la idea de convertirlos en héroes es inaudita para muchos.
¿Qué hubiese pasado si una película colombiana como “Soñar no cuesta nada” dirigida por Rodrigo Triana, hubiese sido dirigida por Quentin Tarantino?
Quizá hubiese dejado el hecho de simplemente contar lo sucedido atrás, y hubiese dejado volar la imaginación. Y en este momento nos encontramos comparando a “Soñar no cuesta nada” con “Bastardos sin gloria”, una película donde los personajes pasan de ser simples humanos, a convertirse en una especie de antihéroes que hacen justicia con sus propias manos y se ganan el aprecio de los espectadores. En vez de ver a unos cuantos soldaditos que se vuelven una manada de huevones al encontrarse una caleta.
Quizá la serie de televisión que salió al aire algún tiempo después, sea mucho mejor, más interesante, ya que trasciende del aburrido hecho que ya hemos visto en los noticieros, periódicos, internet, etc, a una historia llena de emociones, venganzas y alianzas, donde cualquier cosa pueda pasar.
En Colombia también existieron bandidos de la talla de Jesse James o Billy the Kid, ente los cuales están Efraín González, un bandido que no tiene nada que envidiarle a ningún ninguno de los dos, o Pioquinto “El Patas” Pinzón, que en este momento tienen una carga anecdótica grande que lo ha convertido en una clase de súper hombre.
Se decía que este hombre era tan malo que inspiraba terror el solo a un batallón entero de hombres entrenados del ejército. Además de que las balas no le entraban y tampoco los machetes.
He aquí un personaje real, del cual se podrían hacer miles de películas, algunas de ellas mostrándolo como un villano y otras como un héroe. La tradición oral ya lo ha convertido en un hombre mítico de alguna manera, ya que es imposible todo lo que se cuenta de él. Pero hasta el momento no se ha hecho ninguna película sobre él, o sobre otro parecido, ya que puede que muchos no hayan escuadro hablar de Pioquinto. A muchos de los directores de ahora, les importa solo mostrar lo ocurrido, quedándose simplemente ahí, sin nada que proponer. Mientras estas historias aguardan allí, a que alguien las saque de la oscuridad donde se encuentran.
Una película donde un personaje real es convertido en el protagonista es “Cóndores no entierran todos los días”, donde León María Lozano, es el protagonista. Un asesino real del Valle del Cauca, que en su tiempo fue líder de los “pájaros” una banda de asesinos culpable de más de 3000 muertes, llamado el Cóndor, es el “héroe”.
Esto es lo bonito de algunas historias y personajes colombianos, que ni siquiera intentándolo ya son buenas, interesantes, y posiblemente encasillables a un género, en este caso el de los gánsteres. Pero a nadie le interesaban hasta hace unos años, donde lo único que se contaba eran historias contemporáneas de “Pistolocos” como la escritora Juana Suarez los ha llamado, una especie de asesino que va disparando su revólver a diestra y siniestra a todo el mundo que se cruce por su camino. Puede que estos personajes existan, pero ¿y qué? ¿Que proponen? Los espectadores no van a tener aprecio por alguien así, un loco que sin razón alguna va disparando su revólver a todo el mundo.
En Colombia, quizá las Telenovelas tengan más fuerza que el cine, y ahora que me doy cuenta, algunas producciones nacionales se han preocupado por hacer series de época, como La Pola. Quizá solo sea algo temporal, o quizá los directores se estén preocupados en contar la épica de este país, y en algún futuro proponer algo. Quizá este sea el comienzo de algo, de una investigación por parte de los directores, guionistas, y productores, de la historia de Colombia, donde encuentren personajes como Efraín Gonzales, Pioquinto “El Patas” Pinzón y muchos otros que se conviertan en parte de las producciones. Y posiblemente en un futuro, crear un genero.
En el cine cualquier cosa puede pasar, entonces ¿por qué limitarse a contar únicamente lo ocurrido?
Bibliografía
Cinembargo Colombia: Ensayos críticos sobre el cine y la cultura: Suarez Juana (2009)
Fritz Lang en America: P. Bodganovich (1991)
"John Ford à Paris. Nottes d'un attaché de presse", Positif, n. 82, marzo de 1967
El Western- genero americano, Quim Casas
Videografía
Carne de tu carne (1983) Carlos Máyalo
Tiempo de Morir (1985) Jorge Ali Triana
La historia del baúl rosado (2005) Libia Stella Gómez
Soplo de vida (1999) Luis Ospina
Cóndores no entierran todos los días (1983) Francisco Norden
Soñar no cuesta nada (2006) Rodrigo Triana
1 P. Bodganovich (1991) Fritz Lang en America: Ed Fundamentos Pag 128
2 Suarez Juana (2009) Cinembargo Colombia: Ensayos críticos sobre el cine y la cultura: Ed Universal del valle pag 204
3 Suarez Juana (2009) Cinembargo Colombia: Ensayos críticos sobre el cine y la cultura: Ed Universal del Valle Pag 59
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